Colapso en el mundo de las criptodivisas: Luna deja de orbitar Terra

La criptomoneda Luna pierde el 99% de su valor tras la pérdida de la paridad con el dólar de otra criptodivisa que le servía de soporte y arrastra a todo el sector

El mundo de las criptomonedas ha vivido esta semana la que puede terminar siendo su particular caída a lo Lehmann Brothers. El colapso de la criptomoneda Luna ha supuesto la liquidación de 30.000 millones de dólares en tan solo 7 días. La acostumbrada volatilidad del sector, con fluctuaciones habituales por encima del 10% en un sólo día, se antojaba el miércoles un mero juego de niños comparada con la caída del 96,6% del valor de Luna en tan solo una jornada.

Este jueves a las 18:18 la cuenta oficial de TerraLabs certificaba en Twitter la paralización de su cadena de bloques: “la blockchain de Terra se ha detenido oficialmente a la altura del bloque 7.603.700”. La crisis del ecosistema Terra, impulsora de Luna y de la criptomoneda estable TerraUSD, ha supuesto pérdidas cuantiosas para su comunidad de usuarios, que se estima en más de 600.000 personas en todo el planeta. El cataclismo ha sido total al saltar por el aire el equilibrio que unía a dos monedas hermanas: Luna ha dejado definitivamente de orbitar sobre el ecosistema Terra. Las notas de angustia e incluso los pensamientos suicidas aparecían ayer en diversas redes sociales y foros.

La caída de la cadena de Terra ha generado turbulencias de consecuencias imprevisibles en todo el mundo cripto. Las pérdidas semanales en el top 10 de las criptomonedas oscilaban antes del parón de la cadena entre el -23% de Bitcoin y el -46% de Solana. Un reguero de sangre que ha supuesto la salida del mundo cripto de 600.000 millones de dólares –la mitad del PIB anual de España– en una semana. Tras el colapso, la capitalización total del mercado de las criptomonedas ronda aún los 1,3 billones de dólares, el equivalente al conjunto de la riqueza generada en un año en nuestro país. Los más optimistas temen que pueda ser el principio de una dura travesía con un prolongado periodo bajista en los mercados. Los pesimistas hablan –una vez más– de golpe letal y redactan el certificado de defunción de las criptomonedas. Todos temen que la crisis pueda saltar del mundo digital y llegue a contaminar la ya de por sí complicada situación de la economía analógica del 'mundo real'.

¿Pero qué ha pasado para que Luna caiga?

La rutilante moneda se había disparado en los últimos meses –aparentemente ajena a la invasión de Ucrania, a la inflación y a los mercados bursátiles– cuando alcanzó este abril su cotización máxima: 119,18 dólares por criptomoneda, una cifra colosal, que suponía multiplicar su valor por mil en solo dos años. Lo cierto es que los nubarrones de la guerra y la subida de precios fueron el caldo de cultivo ideal para el ascenso de la moneda. Las turbulencias buscan estabilidad, y esa era supuestamente la gran cualidad de Luna y su moneda hermana Terra: estabilidad con altos rendimientos financieros: pagaban un 20% por lo que podríamos considerar en el mundo bancario tradicional como el abono de intereses por un plazo fijo.